"Lo insignificante es tan importante como todo lo demás"

Walt Whitman





domingo, 24 de enero de 2010

Recogiendo Margaritas

Puesta de sol en Cabo de Gata, Almería


Jacintos para alimentar tu alma
de Gulistan de Sadi

"Si de los bienes mortales estás desposeído,
y en tu exiguo almacén
sólo quedan dos hogazas para tí
vende una, y con el pago
compra jacintos para alimentar tu alma"


Recoger margaritas es darse tiempo para alimentar el alma independientemente de cual sea la situación personal o profesional que se esté viviendo.
A menudo ocurre que no nos dedicamos tiempo para nosotros, estamos enfrascados en querer ser mejor personas, en mejorar nuestras relaciones, en hacer crecer la empresa, pero lo hacemos todo desde el esfuerzo forzado y nos olvidamos que si queremos solucionar un problema debemos salir del marco desde el que se creó, sinó como decía Einstein, nos volveremos locos intentando obtener resultados diferentes haciendo siempre lo mismo. Es necesario dedicarse tiempo para no hacer nada de provecho, ¿De dónde surgen sino las ideas creativas, innovadoras, para superar los obstáculos que nos va planteando la vida? A menudo cuando estamos en crisis o tenemos un problema entre las manos, nos obcecamos con él, decimos "ahora no", "no tengo tiempo", "no es el mejor momento", mientras el problema sigue ahí, intacto, lo único que ha cambiado es nuestra cabeza que nos arde de tanto pensar. Son momentos en los que estamos perdidos dentro de un laberinto y si queremos salir deberemos parar, reflexionar, descansar y recuperar la serenidad para poder trazar una nueva ruta hacia donde nos queremos dirigir. Seguramente todos podemos viajar por nuestros recuerdos, o tal vez revisar el momento presente, y encontrarnos obsesionados en un proyecto, desde montar una empresa, pintar un cuadro o lograr que suba un bizcocho, o bien en cosas como dejar de furmar, hacer dieta o ir al gimnasio tres veces por semana... se convierte en el centro de nuestras vidas, siempre presente en nuestra mente y acabamos agotados, dandole mil vueltas a lo que tenemos entre las manos, logrando un dolor de cabeza, mal humor, un pastel quemado que observamos mientras fumamos y nos damos cuenta de que hoy tocaba y no hemos ido al gimnasio. Entonces ocurre que algunas de las personas que tenemos a nuestro alrededor nos intentan hacer salir de ahí con palabras bienintencionadas tipo, "no te preocupes", "no es para tanto", "a mi me gusta", "mañana puedes ir al gimnasio"...y escuchamos todo esto mientras nos vamos enfureciendo, nuestros ojos apuntan salirse de sus órbitas y pensamos o gritamos....¡¿Cómo puedes decir que no me preocupe, que me calme, que te gusta el pastel carbonizado o que mañana puedo ir al gimanasio ... ¡tocaba hoy!. Así, con estos ataques conseguimos lo siguiente: añadir a nuestra lista de preocupaciones una relación intoxicada, con la persona de turno, por nuestro descontrol emocional. Yo he vivido situaciones de este tipo, y fue en lo que apuntaba a ser una de ellas por un bloqueo creativo cuando, de repente, recuperé la última frase del poema "Compra jacintos para alimentar tu alma" y me di cuenta que lo que necesitaba era ir a recoger margaritas, a oxigenarme, respirar, hacer ejercicio, escuchar una canción, darme un baño, ver una película, una puesta de sol... Lo que necesitaba era salir de allí para encontrar una solución al problema, cambiar mi paradigma, y desde aquel momento, cuando las cosas se ponen muy feas, en lugar de obsesionarme me voy a recoger margaritas. Así, en lugar de preocuparme me ocupo, no contamino mi entorno, ni mis relaciones, alimento mi alma y encuentro la salida del laberinto. Os animo a probarlo...cuando las cosas se ponen feas ¡¡recoger margaritas!!