"Lo insignificante es tan importante como todo lo demás"

Walt Whitman





domingo, 7 de febrero de 2010

Entrenando la mente en la empresa




“Seguro que le suena esta situación. Lunes por la mañana. Mira su agenda. Le han bloqueado el día para recibir formación …Se le cae el mundo encima. Piensa en los informes que debe entregar el miércoles a primera hora y la reunión de comité que liderar a la tarde. Toca trabajar por las noches”.

Octavius Black y Sebastian Bailey “tuvieron una curiosa idea: concentrar en 90 minutos la formación … y centrarse en el aspecto psicológico de las personas. Si acudimos al gimnasio a ejercitar el cuerpo …, ¿Por qué no crear un gimnasio de la mente, con lecciones de 90 minutos en gestión de conflictos, trabajo en equipo o técnicas de negociación?... Muchos no son conscientes de que pueden conseguir más de lo que creen. Y las organizaciones deberían demostrarles que pueden marcar la diferencia”.

Habría que investigar más sobre esta cuestión pero sin duda es una propuesta coherente con nuestras capacidades de aprendizaje. Todos sabemos que más de dos horas en una misma tarea nos cuesta mantener el nivel de atención, concentración y, si no estamos en flujo disfrutando al máximo, en un momento u otro nuestra mente se alejará de ese lugar. Dicho de otro modo: baja nuestra productividad y se puede medir también en criterios económicos. Por eso me encanta la propuesta, ahora bien ¿estamos preparados para ello? ¿Consideramos necesario entrenar en habilidades, competencias, capacidades…en nuestras organizaciones? ¿Vemos la formación como una inversión rentable? ¿O más bien como una pérdida de tiempo y dinero? ¿Nos tomamos en serio lo que se trabaja en las sesiones formativas? ¿O queda olvidado al tercer día, con suerte? ¿Hacemos cambios en nuestra rutina? ¿O todo nos parece interesante pero imposible de implementar en nuestra empresa ? ¿Pensamos que las personas pueden crecer, mejorar y superarse con las condiciones adecuadas? ¿Estamos dispuestos a facilitarlas?

Parece claro que todo lo que se invierte en capital físico puede perderse y lo que invertimos en capital humano solo puede crecer. Sin embargo ¿cuántas empresas invierten desde el convencimiento de su utilidad, de que es una inversión segura? ¿Cuántos trabajadores ven las oportunidades de formación que le ofrecen sus empresas cómo una oportunidad de crecimiento y no como algo que altera su agenda y … total “para nada”? ¿Seremos capaces de hacer el cambio de paradigma necesario? ¿Seremos capaces de trascender la crisis?

Espero que pronto se comprenda que la única inversión segura, ecológica y que nos ayudará a prosperar, como individuo, grupos, comunidades y organizaciones empresariales es el capital humano, o cómo prefiero llamarlo, el crecimiento como personas.

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